- Preferirías otra cosa, ¿verdad?
+ ¿A qué te refieres?
- Sabes a lo que me refiero. No eres tan opaca como crees, solo hay que observarte con detenimiento, solo hay que escuchar tus palabras y no solo oírlas para darse cuenta de que tú no perteneces a este mundo.
+ ¿Ah no? ¿Y a que mundo pertenezco según tú?
- Al de la perfección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario