Me pesa tanto el corazón que ya ni siento la cabeza.

Todo empezó una noche gris, llovía, pero ese fondo era solo una portada, nada modificaba mis sentimientos. Cuando todo iba como siempre, nada parecía raro, nada, excepto el, el, era una modificación de persona. Sin saber que sucedía, curiosa, queriendo saber que sucedía pero al mismo tiempo quería pasar ese momento horrible que ella ya había vivido tantas veces con diferentes hombres pero que ninguno le haría sentir lo que este le provocaba. Lágrimas, lágrimas una cosa que ella odiaba pero nunca lo podía evitar, ya era como una costumbre, cosa que no soportaba, una presa tonta. Desde ese día supo que nada volvería a ser como antes y eso la asustaba, la atemorizaba, cuando lo que mas quería era estar con el, siempre y para siempre; pero todas las historias tienen un final, y no es feliz (para alguno de los dos), ella sabia que en algún momento llegaría, solo.. que no era ese el momento. Se caía, eso sentía y los siguientes días después de eso, tenia puntada en el pecho sucesivamente como si le sacaran un pedazo de corazón, en fin, un pedazo de ella. Los llantos se hicieron parte de su vida y una rutina para su almohada. Ojala nadie sintiera eso que ella sentía, pensaba, pero nada la haría salir de ese momento que, sin duda, era el peor.